La inversión es dar un paso más allá luego de haber logrado ahorrar parte de nuestros ingresos. Invertir es la decisión financiera por la cual destinamos nuestros recursos financieros a la compra de activos financieros y/o activos tangibles con el objeto de obtener una ganancia. La utilidad se puede generar por dos vías, a través de un ingreso esperado, como puede ser el cobro de dividendos, rentas e intereses, como así también por la apreciación del valor del activo invertido a lo largo del tiempo.
En otras palabras, invertir es poner a “trabajar” nuestro dinero para producir más dinero. Pues quienes invierten, suelen tener más chances de incrementar su patrimonio frente a quienes simplemente ahorran, manteniendo sumas en efectivo o en una cuenta de ahorros que por los efectos de desvalorización de la moneda frente a la inflación, pierden poder adquisitivo de dichos ahorros. Incluso, en contextos de baja inflación o bajo riesgo en nuestro país, mantener dólares bajo el colchón suele ser menos redituable que destinarlos a la inversión.
En economía personal es importante conocer las alternativas para proteger los ahorros y hacerlos crecer por medio de la inversión. Esta última, bien gestionada, motoriza la riqueza de nuestro patrimonio por medio del interés compuesto, es decir cuando ponemos a “trabajar” nuestro capital para que los rendimientos ganados generen nuevas ganancias.
Cada individuo acorde a su perfil de inversor tendrá distinta predisposición a colocar sus fondos en diferentes activos y armará una cartera de inversiones con distintas características.
¿Qué nos lleva a invertir nuestros fondos excedentes? Las expectativas de que en el futuro obtendremos una ganancia de nuestro capital invertido. Por ello, es importante contar con información sobre las características de los activos a comprar, las condiciones de mercado y las perspectivas de estos, pues las condiciones hacia adelante son las que darán sustento a nuestras ganancias. Es fundamental de acuerdo con lo señalado capacitarse en finanzas, en el funcionamiento de los mercados y negocios que se quiera invertir, para reconocer las oportunidades y los riesgos asociados.
A efectos de no perder el capital invertido y gestionarlo adecuadamente, me atrevo a mencionar las siguientes premisas a tener en cuenta en materia de inversiones, que deberían ser tenidas en cuenta a modo de “guía”.
- Comprometerse con el manejo de las inversiones, aún si la gestión fuera delegada en un asesor.
- Antes de invertir conocer el tipo de negocio o activos en el que piensa “entrar” y la situación de sus mercados. Para ello hay que informarse e instruirse.
- Planificar en el corto y largo plazo los flujos de fondos que se dispondrá para invertir, el plazo de permanencia de la inversión y los rendimientos esperados.
- Establecer objetivos, políticas y estrategias de inversión.
- Saber controlar las emociones desmedidas, en especial la euforia en contextos de mercados alcistas que nos pueden llevar a invertir fuera de tiempo o en forma desmedida y el miedo, en mercados adversos. En este último caso, hay situaciones que no nos decidimos a invertir o nos apresuramos a liquidar un activo, concretando una pérdida importante.
Por supuesto, que estas premisas se simplifican notoriamente si el destino de las inversiones solo se limita a comprar dólares y/o constituir plazos fijos.
Esta nota forma parte del libro digital “Tu Dinero depende de Ti”, del autor Gerardo Pablo Fricke.
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